En un video grabado desde Viena, Santiago Palomo, comisionado contra la Corrupción, expuso una serie de acusaciones contra el Ministerio Público (MP), dirigido por Consuelo Porras y Ángel Pineda. Este clip ofrece una visión alarmante de cómo las instituciones encargadas de combatir la corrupción pueden ser cómplices de ella.
Santiago Palomo, presente en la conferencia de la Convención de Naciones Unidas contra la Corrupción, abrió su mensaje con una mordaz observación: «Hola a todos, aquí en Viena, lugar que no pueden visitar varios actores corruptos en Guatemala, participando en la conferencia de la Convención de Naciones Unidas contra la Corrupción». Esta declaración inicial pone en evidencia la desconexión entre los esfuerzos internacionales para combatir la corrupción y la realidad que se vive en Guatemala.
«Agilidad sospechosa» del MP
El comisionado no tardó en señalar lo que considera una «agilidad sospechosa» del MP en los casos contra él y otros miembros del gabinete de gobierno. Es imposible ignorar la ironía en sus palabras, ya que el mismo MP, que debería ser el bastión contra la corrupción, parece actuar con diligencia únicamente cuando se trata de perseguir a sus enemigos políticos.
«El MP actúa dejando en total impunidad a actores que han incurrido en graves actos de corrupción», afirmó Santiago Palomo. El MP no solo es ineficaz en su misión principal, sino que se ha convertido en un instrumento de persecución política. La imparcialidad y la justicia son los pilares de cualquier sistema judicial; sin ellas, la democracia se convierte en una farsa.
«El MP insiste en perseguir a sus enemigos políticos”
Palomo fue claro en sus acusaciones: «El MP insiste en perseguir a sus enemigos políticos y esto es una práctica antidemocrática». Esta declaración resuena con fuerza en un contexto donde el MP ha sido criticado por su rol en los procesos electorales. La pregunta retórica de Santiago, «¿qué se puede esperar de la institución que intentó negar los resultados electorales?», resalta un patrón preocupante de manipulación y desprecio por la voluntad popular.
A un año de intentar evitar que se realizaran las elecciones, el MP continúa rechazando la voluntad popular y persiguiendo selectivamente a políticos. Este comportamiento no solo es antidemocrático, sino que también erosiona la confianza pública en las instituciones del Estado. La democracia no puede florecer en un ambiente donde la justicia es selectiva y se usa como herramienta de venganza política.
Finalmente, Palomo acusó al MP de usar recursos para alimentar redes de acoso y de actuar de oficio argumentando investigaciones con pantallazos. «Consuelo y Ángel lideran un estado de hostigamiento ilícito y perfilan sus ataques contra mí», sentenció.