El Ministerio Público (MP) bajo el mando de Consuelo Porras vuelve a escena con otro de sus ya conocidos espectáculos mediáticos. Esta vez, el “allanamiento” fue en una finca vinculada al expresidente Alejandro Giammattei, valorada en más de US $5 millones y rodeada de cien manzanas de café. Un operativo con cámaras, declaraciones y aparente firmeza, pero con un guión que ya hemos visto antes.
La Fiscalía de Extinción de Dominio informó que las diligencias se realizaron en el marco de una investigación por la construcción de una carretera de casi Q59 millones que conduce directamente al lujoso complejo, ubicado en Santa María de Jesús, Sacatepéquez. Según el MP, el inmueble está inmovilizado desde mayo y bajo custodia de la Secretaría Nacional de Administración de Bienes en Extinción de Dominio (Senabed).
La farsa del MP de Consuelo Porras
Sin embargo, la experiencia reciente invita al escepticismo. No han pasado ni seis meses desde el “operativo estrella” contra las propiedades de Miguel Martínez —exfuncionario, operador político de Giammattei y sancionado por Estados Unidos por corrupción— cuando se descubrió que, pese a la inmovilización judicial, sus familiares seguían utilizando las casas sin restricción alguna. El supuesto aseguramiento de los bienes resultó ser una farsa administrativa.
Hoy, el MP intenta repetir la misma fórmula: ruido mediático, videos de allanamientos y promesas de investigación, pero sin resultados concretos. Todo apunta a un montaje para simular acción mientras se protege a los verdaderos responsables del saqueo estatal.
Más grave el MP ni siquiera ha solicitado el antejuicio correspondiente contra el exmandatario, quien actualmente goza de inmunidad como diputado del Parlamento Centroamericano (Parlacen).
MP no persigue la corrupción
La historia se repite porque el sistema que la sostiene no ha cambiado. Consuelo Porras, reelecta por Giammattei para un segundo periodo, sigue dirigiendo un Ministerio Público que actúa más como escudo que como institución de justicia. Las investigaciones contra el poder político no avanzan; solo se representan, como en un teatro donde la verdad es lo único que nunca sube al escenario.
El MP no persigue la corrupción: la administra.