La jueza Abelina Cruz, en un intento por esconder la verdad, sigue defendiendo lo indefendible tras ser citada por la Junta de Disciplina del Organismo Judicial debido a una queja presentada por la Procuraduría General de la Nación. La razón: una reunión privada con la fiscal Sofía Castillo, en la que la jueza negó su participación, asegurando que ese día estaba en tratamiento médico, lo cual fue respaldado por un certificado.
Sin embargo, su versión fue desmentida por la misma fiscal Castillo, quien admitió que se habían reunido y, además, confirmó que la reunión ocurrió justo antes de que la jueza resolviera un caso a favor de los familiares del exministro del Partido Patriota.
Este escándalo no se detiene ahí. La jueza Cruz, en un intento por desviar la atención, acusó al periodista Diego España de haber actuado violentamente en su entrevista con la fiscal Castillo, cuando la evidencia en video muestra lo contrario: una conversación respetuosa y profesional.
Además, la jueza no dudó en acusar al periodista de incurrir en delitos contemplados en la Ley de Femicidio y Otras Formas de Violencia Contra la Mujer, lo cual carece totalmente de fundamento y no hace más que evidenciar su desesperación por atacar a quienes cuestionan sus decisiones.
Los vínculos de Abelina Cruz y el poder político
Este episodio es solo un ejemplo de los vínculos entre Cruz y el poder político. La jueza ha sido la encargada de emitir resoluciones favorables a figuras involucradas en actos de corrupción, como Manuel Baldizón, Gustavo Alejos, Estuardo Galdámez y los hermanos Sinibaldi. Todos estos casos han sido resueltos de manera favorable para ellos, dejando en claro que la justicia de Cruz está a la orden del poder político, no de la ley.
La situación de la jueza Cruz refleja la descomposición del sistema judicial guatemalteco. Según La Hora, Cruz no llegó a trabajar ese día, pero estuvo presente únicamente para la reunión con la fiscal antes de tomar una decisión crucial sobre el caso de los Sinibaldi. La manipulación es evidente, y lo que está en juego es la credibilidad de un sistema judicial ya de por sí deteriorado.
La jueza, en lugar de dar explicaciones claras y coherentes, se escuda en mentiras y manipulaciones, atacando a quienes osan cuestionar sus decisiones. La realidad es que el sistema judicial en Guatemala se ha convertido en una farsa, donde la corrupción y la impunidad prevalecen. Los ciudadanos no pueden esperar justicia en un entorno donde juezas como Abelina Cruz siguen operando con total impunidad. La Hora ha dejado claro, una vez más, la gravedad de la situación, y es hora de que todos exijamos un cambio radical en el sistema judicial guatemalteco.
Opinión de La Hora: Jueza pasa al ataque