La reciente decisión de la Corte de Constitucionalidad (CC) de negar un recurso de apelación contra la elección de Walter Mazariegos como rector de la Universidad de San Carlos de Guatemala (USAC) marca otro capítulo oscuro en la historia de la justicia guatemalteca.
Los magistrados, encabezados por Néster Vásquez, ratificaron la sentencia de la Sala Quinta del Tribunal de lo Contencioso Administrativo, desestimando un amparo que denunciaba graves irregularidades en el proceso electoral universitario de mayo de 2022.
La apelación buscaba anular una elección plagada de vicios que violentaron los principios democráticos de la universidad. Electores independientes fueron excluidos arbitrariamente, y la fecha de votación se modificó sin justificación, violando los artículos 72 y 73 del Reglamento de Elecciones de la USAC. Sin embargo, tanto la Sala Quinta como la CC cerraron los ojos ante estas evidencias, beneficiando a los sectores afines al rector electo.
El fallo contra la USAC era predecible en un sistema cooptado
La resolución de los magistrados Vásquez, Leyla Lemus, Dina Ochoa, Claudia Paniagua y Roberto Molina Barreto evidencia la captura de las instituciones judiciales. Lejos de garantizar justicia, estos magistrados actúan como guardianes de un modelo que asegura la continuidad de figuras cuestionadas como Mazariegos, cuya elección fue marcada por la opacidad y la exclusión.
La juramentación secreta de Mazariegos y las múltiples impugnaciones legales en su contra reflejan un mandato carente de legitimidad. Aunque enfrenta al menos nueve amparos y dos apelaciones pendientes, el respaldo de un Ministerio Público complaciente refuerza su posición. Durante los alegatos, el MP de Consuelo Porras se alineó con los intereses de Mazariegos, demostrando una vez más su parcialidad en casos críticos.
Control político y desafíos futuros
El control de la USAC no solo tiene implicaciones académicas, sino también políticas. Como institución clave para la elección de magistrados a la CC, garantizar que figuras afines permanezcan al mando es crucial para quienes buscan perpetuar su poder hasta 2026.
Con cada fallo como este, la justicia en Guatemala sigue perdiendo credibilidad, y la comunidad universitaria queda desamparada frente a un sistema diseñado para proteger a los responsables de un fraude.