La Fundación Contra el Terrorismo (FCT), originada con el propósito de respaldar a militares acusados de violaciones de derechos humanos y cuyo presidente se autodefine como ultraderechista, emerge ahora como la figura clave en la contraofensiva para quienes lucharon contra la corrupción. La organización se siente orgullosa de estar involucrada en los procesos judiciales en contra de aquellos que se atrevieron a desafiar a las élites corruptas en Guatemala.