
El Frente de Convergencia Nacional (FCN-Nación), el partido que llevó a Jimmy Morales a la presidencia en 2015 con el eslogan “ni corrupto ni ladrón”, quedó oficialmente cancelado en 2025. La decisión del Tribunal Supremo Electoral (TSE) marcó el cierre de una organización que desde su origen estuvo vinculada a señalamientos de financiamiento irregular, relaciones con militares cuestionados y una administración marcada por la corrupción y el debilitamiento de la lucha anticorrupción.
El llamado “Caso Financiamiento Electoral Ilícito FCN-Nación”, revelado en 2018 por la Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala (CICIG) y la antigua Fiscalía Especial contra la Impunidad (FECI), puso en evidencia cómo el partido que gobernó de 2016 a 2020 había omitido reportar millones de quetzales en su campaña de 2015. La investigación se dividió en tres fases.
Fases del caso contra FCN-Nación
En la primera fase se documentó que FCN-Nación no reportó más de 4.3 millones de quetzales en gastos de campaña, además de depósitos por más de 2.3 millones de quetzales que nunca fueron registrados ante el TSE. El entonces secretario general del partido y candidato presidencial, Jimmy Morales, tenía la responsabilidad de transparentar estos recursos, pero impidió la identificación de los financistas. Tras ganar la presidencia, Morales renunció al cargo partidario y dejó como sucesor a Edgar Ovalle Maldonado, quien actualmente continúa prófugo por crímenes de lesa humanidad.
La segunda fase mostró la opacidad en el pago de fiscales electorales. Reuniones entre empresarios y dirigentes del partido derivaron en una bolsa de más de 7 millones de quetzales para cubrir estos gastos, dinero que tampoco fue reportado. Rodrigo Arenas, uno de los involucrados, coordinó parte de estos desembolsos a través de empresas privadas.
La tercera fase llevó a la citación de algunos de los empresarios más influyentes del país: Felipe Bosch, José Miguel Torrebiarte, José Fraterno Vila, José Guillermo Castillo y Salvador Paiz, entre otros. Todos ellos aportaron cuantiosas sumas, tanto en la primera como en la segunda vuelta de 2015, sin que los montos fueran debidamente registrados. Aunque la FECI y la CICIG señalaron estas prácticas como ilegales, en 2023 el caso fue cerrado de manera definitiva por resolución judicial, bajo el argumento de que los aportes no contravenían la ley.
Congreso protegió a Jimmy Morales
El Congreso de la República, en su momento, también jugó un papel clave en frenar la rendición de cuentas al rechazar las solicitudes de antejuicio contra Jimmy Morales. Esa decisión blindó políticamente al presidente y contribuyó a debilitar los procesos de investigación en su contra.
Con el paso de los años, FCN-Nación se debilitó electoralmente. En 2019, su candidato Estuardo Galdámez enfrentó acusaciones de corrupción, aunque logró evadir responsabilidades gracias al sistema de justicia. Para 2023, Samuel Morales, hermano del expresidente, encabezó la candidatura, pero sin lograr apoyo suficiente para mantener con vida al partido. Finalmente, en 2024, el TSE resolvió su cancelación por no alcanzar el 5% de votos válidos ni representación en el Congreso, fallo que quedó ratificado al publicarse en el Diario de Centro América en 2025.
El fin de FCN-Nación no borró su legado: un partido que llegó al poder en medio de la crisis política de 2015, prometiendo transparencia, pero que terminó hundido en las mismas prácticas que decía combatir. Su desaparición confirma cómo el sistema político guatemalteco permite que agrupaciones nacidas al calor de coyunturas electorales puedan alcanzar el poder sin controles efectivos y, tras ello, desaparecer dejando más dudas que respuestas.