La Fiscalía Especial contra la Impunidad (FECI), bajo la dirección de Rafael Curruchiche, sigue demostrando una alarmante ineptitud e incluso complicidad en casos de alta corrupción. El caso de Carlos Arturo Batres Gil, involucrado en el escándalo de sobornos de Odebrecht, es solo uno más de los múltiples tropiezos de una fiscalía que, lejos de buscar justicia, parece proteger a quienes deberían ser investigados con rigor. Lo más reciente: un “error” legal que ha permitido que Batres Gil sea beneficiado en este emblemático caso de corrupción internacional.
El 22 de enero de 2024, la Corte Constitucional reiteró su postura ante la inadecuada actuación de la FECI, que había intentado revocar una decisión de la jueza Abelina Cruz. Esta jueza, el 19 de julio de 2024, anuló la audiencia que había enviado a juicio a Batres Gil, quien está vinculado con la red de sobornos de Odebrecht, un caso que involucró también a altos exfuncionarios del gobierno de Otto Pérez Molina, como el exministro Alejandro Sinibaldi.
La FECI, sin embargo, presentó un recurso legal erróneo que no solo resultó inviable, sino que dejó firme la decisión de la jueza Cruz, lo que abrió la puerta para que Batres Gil se beneficiara de un fallo que claramente favorece sus intereses.
Ineptitud y complicidad de la FECI en el caso Odebrecht
De acuerdo con el medio Prensa Comunitaria, la Fiscalía, en lugar de corregir su error, insistió en un recurso que simplemente no correspondía. En su afán por anular la resolución de Cruz, la fiscal Vilma Pérez presentó una queja ante la Sala Segunda de Mayor Riesgo. Sin embargo, la Corte Constitucional reiteró lo que ya había señalado: no era el amparo el recurso adecuado, sino que se debía interponer un recurso de reposición, que habría dado la oportunidad de revisar la decisión de la jueza.
Pero el daño ya estaba hecho. El 3 de octubre de 2024, la Corte le recordó a la FECI que el recurso presentado era improcedente, dejando la decisión de la jueza sin alteraciones. De hecho, la corte concluyó que si la fiscalía quería impugnar el fallo, debía hacerlo de acuerdo con el proceso legal adecuado, lo que retrasó aún más el avance de la causa.
Ineptitud de Curruchiche al frente de la FECI
Mientras tanto, el caso Odebrecht sigue bajo el radar de la opinión pública, con la FECI prometiendo «nuevos resultados». Sin embargo, lo único que ha quedado claro es que el fiscal Curruchiche no ha logrado avanzar en las investigaciones, a pesar de que el caso fue iniciado por el exfiscal Juan Francisco Sandoval, quien fue removido por este mismo Ministerio Público. Al contrario, la FECI ha centrado sus esfuerzos en perseguir a los exfiscales que se atrevieron a investigar el caso, dejando en la impunidad a figuras clave como Batres Gil, Sinibaldi y Manuel Baldizón.
Este caso es solo un ejemplo de cómo la FECI, liderada por Curruchiche, ha fallado una y otra vez. La investigación de corrupción ha sido manejada con ineficiencia, mientras que quienes se benefician de estos escándalos siguen sin pagar las consecuencias de sus actos. La reiterada protección a figuras como Batres Gil y Sinibaldi, sin dudas, es un reflejo de una justicia parcial, donde los intereses de poderosos parecen prevalecer sobre el derecho de los ciudadanos a ver enjuiciados y castigados a los culpables.
La falta de acción de la FECI frente a la corrupción, sumada a su incapacidad para cumplir con procedimientos legales básicos, muestra la gran fragilidad del sistema judicial en Guatemala. Mientras tanto, la ciudadanía continúa siendo testigo de un circo judicial que solo beneficia a los más poderosos.
Con información de Prensa Comunitaria.