La Corte de Constitucionalidad (CC) ha vuelto a colocarse del lado equivocado de la historia. Con su resolución reciente, la mayoría de magistrados no solo enterró el amparo provisional otorgado al periodista José Rubén Zamora, sino que también reafirmó el patrón de persecución judicial que lo mantiene encarcelado desde hace más de dos años.
El amparo, concedido por la Cámara de Amparo de la Corte Suprema de Justicia (CSJ), no significaba la liberación inmediata de Zamora. Lo que sí permitía era algo fundamental: revisar el expediente con garantías mínimas y exigir que la Sala Tercera de Apelaciones fundamentara de manera adecuada la decisión de revocar, de oficio, el arresto domiciliario que le había sido concedido. Es decir, se trataba de un respiro procesal, una oportunidad de corregir irregularidades. Pero la CC prefirió cerrar esa puerta.
El fallo no puede leerse de manera aislada. La Fiscalía Especial contra la Impunidad (FECI), dirigida por Rafael Curruchiche, apeló en contra de la resolución favorable para Zamora, y fue esa petición la que terminó imponiéndose en el pleno de la CC. Magistrados como Dina Ochoa, Nester Vásquez, Roberto Molina Barreto, Juan José Jiménez, Claudia Paniagua y Luis Rosales respaldaron el recurso de la fiscalía. Con ello, validaron las argucias jurídicas que mantienen al periodista tras las rejas.
Voto razonado
El contraste lo marca el voto razonado de Rony López, quien denunció lo que otros callan: la prisión preventiva impuesta a Zamora es “irrazonable y desproporcionada”, y constituye una grave violación a sus derechos fundamentales. López recordó que se está violentando la libertad individual a través de maniobras que deniegan no solo garantías procesales, sino también la celeridad del proceso. En otras palabras, Zamora no enfrenta un juicio justo, sino un entramado judicial diseñado para castigarlo por su labor periodística.
La prisión de Zamora, que inició en julio de 2022, refleja la perversión de un sistema cooptado. El argumento inicial fue el ocultamiento del origen de Q300 mil, pese a que el periodista presentó documentos que acreditaban la venta de una obra de arte para financiar el pago de salarios en elPeriódico. A partir de ahí, se le han acumulado expedientes por obstrucción a la justicia y hasta falsificación de firmas. Todo sirve con tal de prolongar su encierro.
CC, la guardiana de la arbitrariedad
Lo ocurrido con el amparo provisional es otra muestra de cómo la CC se ha convertido en guardiana de la arbitrariedad. Lejos de ser garante de la Constitución, la corte funciona como un muro que impide el acceso a la justicia cuando se trata de voces incómodas al poder. La decisión no es técnica ni imparcial: es política, y su objetivo es claro. Mantener a Zamora como ejemplo de lo que le espera a quienes se atrevan a desafiar al sistema.