En las elecciones del 2025 para la Junta Directiva y el Tribunal de Honor del Colegio de Abogados y Notarios de Guatemala (CANG), se alzan nombres que ya están marcados por la controversia. La participación de personajes vinculados a escándalos de corrupción judicial genera dudas sobre el futuro del gremio y el papel crucial que desempeñará el CANG en la selección del nuevo Fiscal General del Ministerio Público (MP). En un contexto de total desconfianza, estas elecciones se perfilan como un parteaguas para el país.
Uno de los candidatos más polémicos es Sergio Roberto López Villatoro, conocido como «El Rey del Tenis». López Villatoro, quien es señalado por el amaño de cortes y está relacionado con el caso «Comisiones Paralelas«, confirmó su participación en las elecciones de la planilla Unión. Su candidatura busca lograr la presidencia de la Junta Directiva del CANG para el período 2025-2027. Con su distintivo color azul, la planilla de «El Rey del Tenis» no solo está apostando por una imagen de unidad dentro del gremio, sino que también refleja una estrategia de poder en un escenario en el que la corrupción judicial se encuentra bajo la lupa.
Néster Vásquez y sus aliados en busca del CANG
No es la primera vez que una planilla vinculada a personajes cuestionados intenta apoderarse del CANG. La agrupación ASPA, vinculada por el presidente de la Corte Constitucional, Nester Vásquez, quien ha sido sancionado internacionalmente por corrupción judicial, también se perfila como una de las principales contendientes. ASPA ya lideró el CANG en el periodo anterior, con Mario Siekavizza como presidente de la Junta Directiva. Para las elecciones de 2025, buscan retener el control, y con ello, aumentar su influencia en el proceso de selección del nuevo Fiscal General del MP.
Uno de los nombres que destacan en la planilla de ASPA es Sergio Madrazo Mazariegos, hermano del diputado de TODOS, Danilo Mazariegos. Madrazo busca liderar la Junta Directiva del CANG y ha sido objeto de controversia tras ser señalado por el abogado Wilson López, quien presentó una denuncia en su contra y la de Siekavizza, acusándolos de utilizar fondos de la Unidad Académica del Colegio para fines personales. Este escándalo alimenta las dudas sobre la verdadera intención de ASPA y su relación con actores de la política y el poder judicial.
La vinculación de ASPA con otros actores de la corrupción también resalta la gravedad del momento. Lesther Castellanos, exjuez de Mayor Riesgo de Quetzaltenango, y José Urrutia, vinculado a la Fundación Contra el Terrorismo (FCT) de Ricardo Méndez Ruiz, forman parte de la estructura que apoya a esta planilla. Urrutia, quien ha sido vinculado a la investigación sobre la corrupción en el caso «Construcción y Corrupción», también intentó ser vicepresidente con el partido Mi Familia en las elecciones generales de 2023. Estas conexiones levantan sospechas sobre la verdadera naturaleza de las intenciones de ASPA, que se presenta como una agrupación de «profesionales afines», pero en la práctica parece más un refugio para aquellos que buscan proteger sus intereses y perpetuar un sistema de justicia enraizado en la impunidad.
Lo que está en juego no es solo el liderazgo del CANG
Lo que está en juego no es solo el liderazgo del CANG, sino el control sobre la Comisión de Postulación que elegirá al próximo Fiscal General del MP. En un escenario en el que Consuelo Porras, actual Fiscal General, es vista por muchos como parte de un entramado de corrupción judicial, la elección de un nuevo titular del MP en 2026-2030 se perfila como una de las decisiones más trascendentales en la lucha contra la corrupción en Guatemala. Dos representantes de la nueva Junta Directiva del CANG formarán parte de esta Comisión, lo que les da un poder decisivo en el proceso.
Con once planillas inscritas para las elecciones del 2025, el ambiente dentro del CANG está cargado de tensiones y sospechas. Las campañas de los candidatos son cada vez más ostentosas, pero pocos parecen realmente dispuestos a promover una verdadera reforma dentro del gremio.
Los que buscan liderar el CANG no son ajenos a los escándalos y a la corrupción, lo que solo alimenta la desconfianza de los ciudadanos en la capacidad de las autoridades judiciales de actuar con independencia y justicia.
Mientras las campañas se intensifican, es esencial que la sociedad guatemalteca mantenga la guardia alta. Las elecciones de 2025 no son solo una cuestión interna del CANG, sino un reflejo de la lucha por el futuro del sistema judicial en Guatemala. Los candidatos que buscan liderar el gremio deben ser juzgados no solo por su capacidad profesional, sino por su integridad y su compromiso con la justicia.