En un acto que deja claro el papel de la Fiscalía Especial contra la Impunidad (FECI) como cómplice de la impunidad en Guatemala, Rafael Curruchiche decidió cerrar la investigación contra Mynor Moto, un juez vinculado a actos de corrupción y abuso de poder que lo mantuvieron prófugo de la justicia por casi dos años.
Este cierre de investigación no solo representa un fallo escandaloso en el sistema judicial, sino que refleja la falta de voluntad política para investigar a los poderosos cuando se trata de casos de gran magnitud.
Desde que se giró una orden de captura contra el juez en febrero de 2021, el caso de Mynor Moto había causado gran controversia. La FECI acusó a Moto de conspirar con el abogado Dennis Billy Herrera Arita para obstruir la justicia en el caso Comisiones Paralelas 2020.
Ambos intentaron manipular el proceso de selección de magistrados para beneficiar a personas involucradas en actividades ilícitas. A pesar de los graves cargos, Moto pasó casi dos años fuera de la justicia, evadiendo la captura, mientras Herrera Arita enfrentaba la cárcel. La sociedad esperaba que la justicia se hiciera y que Moto, un hombre que había abusado de su poder, pagara por sus actos.
Anulan orden de aprehensión contra Mynor Moto
Sin embargo, lo que ocurrió después es aún más alarmante. En diciembre de 2022, el juez Jimi Bremer, conocido por sus vínculos con la corrupción, tomó el control del caso y anuló la orden de aprehensión contra Moto, y con ello, desestimó todas las investigaciones previas. En lugar de recurrir a nuevas investigaciones o presentar nuevas solicitudes para detener a Moto, la FECI de Curruchiche optó por ratificar el beneficio otorgado a Moto y Herrera, dejando el caso cerrado.
Lo más indignante de todo es que, a pesar de la gravedad de los hechos, el Ministerio Público, bajo el mando de Curruchiche, no ha ofrecido ninguna explicación convincente sobre la razón detrás de este cierre. La falta de acción del MP se ve reflejada en la decisión del juez Bremer, quien optó por favorecer a los acusados sin pruebas concluyentes, simplemente anulando lo actuado en el caso. Esta decisión fue realizada en una audiencia sin la presencia de Moto, quien estaba prófugo en ese momento, lo que demuestra aún más la falta de rigor en el proceso.
CC desestima caso contra Moto
La reciente confirmación de la Corte de Constitucionalidad (CC), bajo el mando de Néster Vásquez, sobre la desestimación del caso y el archivo del expediente, desveló aún más la impunidad que sigue reinando en el país. Los magistrados de la CC, al declarar que no tenía sentido continuar examinando el recurso presentado por la FECI, dejaron claro que la justicia no solo está siendo manipulada, sino que está siendo detenida por intereses oscuros.
El cierre de este caso también evidencia la doble moral que reina en el sistema judicial guatemalteco. Mientras los casos que involucran a figuras de poder, como Mynor Moto, son archivados o favorecidos, los procesos contra fiscales anticorrupción, periodistas y activistas son perseguidos con dureza. Esto plantea una interrogante que no puede ser ignorada: ¿por qué el MP de Curruchiche protege a quienes están en el poder mientras persigue incansablemente a los que luchan por la justicia?
El regreso de Mynor Moto a los juzgados
Moto no es un caso aislado. Su nombramiento como magistrado y su regreso al Juzgado Tercero Penal es una burla a la justicia, ya que ninguna de las dos órdenes de captura que existían en su contra por corrupción fueron ejecutadas. En su lugar, la FECI decidió no hacer ninguna solicitud judicial para continuar con la investigación de estos casos. Este silencio de parte del MP pone en evidencia el verdadero objetivo de la FECI bajo el liderazgo de Curruchiche: proteger a los corruptos y permitir que sigan gobernando el sistema judicial.
La falta de transparencia, la obstrucción de la justicia y el aparente encubrimiento de funcionarios corruptos son la marca registrada del Ministerio Público en Guatemala. Rafael Curruchiche, al cerrar el caso contra Mynor Moto, no solo ha fallado en su deber de investigar a los poderosos, sino que ha reafirmado el mensaje de que, en este país, la justicia solo está al alcance de quienes tienen el poder para manipularla.