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No Ficción episodio 03: El regreso de los escuadrones

febrero 24, 2021
El regreso de los escuadrones

Episodio 3: El regreso de los escuadrones presenta un caso relacionado con ejecuciones extrajudiciales en la cárcel de Pavón en Fraijanes.

NARRADOR: El 25 de septiembre del 2006, Guatemala se levantó con una noticia estremecedora.

CLIP TOMA DE PAVÓN: Estos fueron los hechos, operativo para retomar el control de Pavón.

NARRADOR: Una operación inédita dirigida por el ministerio de gobernación se estaba preparando.

CLIP TOMA DE PAVÓN: 0 horas, lunes 25 de septiembre: inicio de la operación de alto impacto. Centros de reunión de comandos. En siete centros de la ciudad, se inicia la unificación de las fuerzas, bajo la dirección  de ministro de Gobernación.

NARRADOR: Casi tres mil agentes de la policía, militares y guardias del sistema penitenciario entraron a la cárcel de Pavón.

CLIP TOMA DE PAVÓN: 3 horas, municipio de Fraijanes. Los comandos operativos arriban a las áreas de acceso a Pavón. Se suman a ellos, francotiradores, fuerzas de choque y tanquetas.

NARRADOR: Las autoridades dijeron que el objetivo era retomar el control del penal. Pavón, explicaron, estaba dominado por los narcotraficantes y secuestradores. Los presos más peligrosos, organizados en un comité de orden y disciplina dirigían desde la cárcel extorsiones, robos de automóviles y redes de prostitución.

CLIP TOMA DE PAVÓN: 4 horas, cárcel de Pavón. Las fuerzas de seguridad toman control del perímetro de Pavón. El fluido eléctrico es suspendido y cinco accesos son habilitados para el ingreso de las fuerzas.

NARRADOR: Esa madrugada, llegaron al penal el ministro de gobernación Carlos Vielmann, el director de presidios, Alejandro Giammattei y el director de la policía, Erwin Sperissen. Llegaron a monitorear el desarrollo de la operación.  

CLIP TOMA DE PAVÓN: Los siete comandos están en sus posiciones y la orden de ingreso, se da. La tercera fase del plan está en marcha. Los más de tres mil efectivos.

NARRADOR: A las cinco de la mañana, las fuerzas de seguridad ingresaron al penal. Dio inicio la operación Pavo Real.

CLIP TOMA DE PAVÓN: pese al llamado a colaborar con las acciones pacíficas, se inician hostilidades por parte de algunos reclusos,

NARRADOR: Los disparos empezaron a oírse.

CLIP TOMA DE PAVÓN: quienes oponen resistencia y disparan con armas de fuego, con el objetivo de frenar el avance de las fuerzas de seguridad. Una y otra vez, por espacio de treinta minutos, el enfrentamiento continúa.

NARRADOR: Luego vendría el conteo de los muertos. Del lado de las autoridades, ninguna baja que lamentar. Del lado opuesto, siete reos fueron hallados sin vida. Todos eran parte del comité de orden y disciplina.

Por la tarde, el presidente Óscar Berger visitó el penal y dio declaraciones a la prensa.

ÓSCAR BERGER: La acción es algo que nos llena de optimismo de confianza de que si podemos ir venciendo al mal haciendo las cosas correctamente.

CLIP TOMA DE PAVÓN: Gracias al trabajo conjunto del Ministerio de Gobernación; Policía Nacional Civil, Sistema Penitenciario…

NARRADOR: Los audios que acaban de escuchar provienen de un video de propaganda. Fue difundido por el gobierno de Guatemala. Es la versión oficial. Una versión en la que los criminales resistieron, dispararon contra la policía y terminaron muertos.

Unos años más tarde la Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala demostró que esta versión era falsa. Era un montaje. La toma de Pavón era, en realidad, una operación de exterminio. Los escuadrones de la muerte estaban de regreso.

Para No Ficción, Guatemala, esto es El Experimento. Dos temporadas y doce capítulos para contar los éxitos y fracasos de la CICIG, el equipo internacional que reveló las entrañas corruptas del Estado de Guatemala. Escrito y producido por Sebastián Escalón. Narrado por Guillermo Escalón.Capítulo 3: el regreso de los escuadrones.

NARRADOR: En abril del 2008, aterrizó en Guatemala una fiscal costarricense. Una fiscal reconocida por sus investigaciones sobre narcotráfico y crímenes de alto impacto. ¿Su nombre? Gisele Rivera.

Los que conocieron a Gisele Rivera la describen como una fiscal incansable. De carácter difícil, cierto, pero determinada y hábil. Su gran fuerza: un talento especial para poner a los sospechosos a hablar. Pero quién tiene la mejor opinión sobre Gisele Rivera, es la propia Gisele Rivera.

GISELE RIVERA: Yo tenía esa fama, que caso me tocara, pobrecito al que lo tocara si yo era fiscal.

NARRADOR: Cuando nos entrevistamos con ella, tuvimos un pequeño problema con un sujeto llamado Kokó.

GISELE RIVERA:  Estos perros, son lo peor que hay en este planeta.

NARRADOR: Kokó salía del veterinario, y quería atención.         

GISELE RIVERA:  ¡Kokó, callate! Perdone usted, pero es que, qué perro más insoportable.

NARRADOR: Gisele Rivera no había terminado de abrir sus maletas, cuando el comisionado Carlos Castresana le adjudicó su primer caso. Un asesinato en el bulevar Vista Hermosa. Dentro de un pequeño Toyota blanco, estaba el cuerpo baleado de un hombre de unos sesenta años.

Este hombre era Víctor Rivera Azuaje, experto en seguridad. Una semana antes, el gobierno lo había sacado del ministerio de gobernación. Y ahora, Víctor Rivera estaba muerto.

Gisele Rivera empezó a reunir información.

GISELE RIVERA: Empiezo a investigar primero que nada quién es Víctor Rivera, quién lo rodea, cuáles son sus entronques y cuáles son las personas vinculadas, y quien hay detrás de él, de donde venía y para donde iba.

NARRADOR: Venezolano, agente de la CIA, Víctor Rivera era una figura mítica en los círculos del espionaje. Llegó a El Salvador en 1983 para participar en la lucha contra la guerrilla. Allí, se hizo amigo del terrorista cubano Luis Posada Carriles. Juntos, se dedicaron al tráfico de drogas. Gozaban de la colaboración del Ejército salvadoreño y de la vista gorda de la CIA. Víctor Rivera también entrenó escuadrones de la muerte. El Salvador vivía los peores años de la guerra sucia.

Luego, en los años noventa, los secuestros se volvieron la especialidad de Víctor Rivera. Los organizaba y los resolvía, como buen agente doble. Pero en una de estas operaciones, se vio envuelto en la muerte de una de sus víctimas, el hijo de una prominente familia salvadoreña. Tuvo que salir de El Salvador y se instaló en Guatemala. Su perfil profesional no pasó desapercibido. Se hizo asesor del CACIF, la gremial de empresarios, y se encargó de la seguridad de la familia Torrebiarte, una de las más ricas del país. 

En 2004, el ministro Carlos Vielmann lo convirtió en su asesor en el ministerio de Gobernación. Oficialmente, su trabajo era desarticular bandas de secuestradores y asalta furgones. Oficialmente.

GISELE RIVERA: Porque Víctor Rivera era capacitador en la PNC, entonces en la PNC el veía quienes tenían la madera para hacer lo que ellos hacían. Porque lo que ellos hacían era limpieza social y tumbonazos de droga. Y luego nos damos cuenta de que ellos utilizaban a policías muy humildes para que mataran y exterminaran gente. Y que luego ellos mismos los desaparecían, porque ellos hicieron desapariciones forzadas. Hacían limpieza social y hacían tumbonazos de droga.

NARRADOR: Alejandro Rodríguez Barillas fue asesor del procurador de derechos humanos en esos años.

ALEJANDRO RODRÍGUEZ: En 2004, subió Carlos Vielman al ministerio de Gobernación y él lleva esta agenda del sector empresarial de deshacerse de todo lo que es los pandilleros y hacer ejecuciones extrajudiciales.

NARRADOR: La delincuencia, en esos años, estaba desatada. Las extorsiones asfixiaban a buena parte de la ciudadanía. Las pandillas se habían apoderado de barrios enteros. La respuesta que dio la policía fue esa, limpieza social. Como en el conflicto armado, el estado optó por el asesinato y el terror para imponer su autoridad.

A diario, jóvenes sospechosos de ser pandilleros eran asesinados. Sus cuerpos presentaban señales de tortura. Eran muertes con secuestro previo: la marca de los escuadrones de la muerte. Y en el centro de esa política:

 La procuraduría reveló que la policía estaba llevando a cabo una política de limpieza social. Y en el centro de esta política:

ALEJANDRO RODRÍGUEZ:  Víctor Rivera era el hombre que había concebido todas las estrategias de seguridad, la lucha antisecuestros. Él estuvo en Pavón, estuvo en el asesinato de los diputados salvadoreños. Entonces era una persona que sabía muchísimo.

NARRADOR: Las organizaciones de derechos humanos creen que entre 2,000 y 2,600 jóvenes fueron asesinados por las autoridades.    

Investigar estas estructuras de exterminio se convirtió en prioridad para Gisele Rivera. Como no podía esclarecer todos esos asesinatos, escogió los más emblemáticos. Escogió los que le permitirían subir más alto en la jerarquía del ministerio de Gobernación. Tres casos llamaron su atención. Tres casos que la procuraduría de derechos humanos también había examinado.

Primero, el caso Pavón. Testimonios de reos y policías mostraban que lo ocurrido allí había sido una ejecución planificada.

ALEJANDRO RODRÍGUEZ:  existe el clamor de todos los reos de que llegaron a matar a la gente, que ninguna persona se opuso dentro del penal.

NARRADOR: Nadie resistió. Las fuerzas policiales concentraron a los reos en un punto del penal. Los maniataron y los desnudaron. Hombres encapuchados y armados como si fueran comandos llegaron al lugar. Listados en mano buscaban a ciertos presos. Los encontraron y los llevaron a la casa del líder del comité de orden y disciplina. Allí fueron asesinados.

ALEJANDRO RODRÍGUEZ:  Lo que estaba en juego en Pavón era el control de los negocios ilícitos. No era ir a limpiar la cárcel sino más bien que las autoridades no tenían el control de los negocios ilícitos y querían tener ese control.

NARRADOR: El Ministerio Público llegó después. No para investigar, sino para encubrir. Simularon un enfrentamiento armado. Los fiscales volvieron a vestir a los cadáveres. Pusieron armas a su lado. Dispararon a las ventanas y las paredes. Un mal trabajo, por cierto.

En el 2010, el segundo comisionado de la CICIG, Francisco Dall’Anese dio una entrevista a la cadena CNN.

PATRICIA JANIOT: Tenemos las fotografías, ¿por qué no las vamos mostrando y vamos comentando, usted las conoce muy bien?

NARRADOR: Allí, mostró una serie de fotografías de la toma Pavón. Estas imágenes destruían la versión oficial.

FRANCISCO DALL’ANESE: mire, primero, es una granja, o una colonia penal, no hay calabozos sino casas, y estas son las calles entre las casas de la cárcel de Pavón. Después de los hechos, la persona que aparece, allí con la flecha que tiene en su mano un zapato, porque los están desvistiendo y no se sabe para qué los humillaron de esta forma, esa persona apareció muerta y dijeron que había disparado durante noventa minutos contra la policía. Allí lo vemos controlado, lo están desvistiendo, y no había ninguna necesidad para matarlo porque ya estaba perfectamente…

PATRICIA JANIOT: ¿Qué pasa ahora?

Este es Luis Zepeda, a la derecha arriba, muerto con una ropa distinta a la ropa que tenía cuando fue capturado. Recordemos que lo detienen tal como se ve en la foto de la izquierda abajo, con una camisa clara y un pantalón.

Lo ejecutan y luego lo visten para justificar por qué lo había matado. Ponen esa arma, para decir que disparó durante noventa minutos, con esa arma, el arma no tiene una gota de sangre.

PATRICIA JANIOT: ¿Ahí se ve al fondo?

FRANCISCO DALL’ANESE: El arma está al fondo. Si Luis Zepeda, parapetado en ese muro hubiera disparado hacia el fondo de la imagen, los casquillos hubieran caído a su derecha. Sin embargo, están atrás. Hubieran salido hacia atrás, lo cual no es posible. Esos casquillos marcados, posiblemente son de las armas con las que ejecutaron a Zepeda, en el lugar donde está muerto, a unos tres o cuatro metros.

NARRADOR: Los testimonios de los reos y los policías coincidían punto por punto con las fotografías. Un comando había reunido a los presos del comité de orden y disciplina y los había asesinado.  Todo, mientras el ministro, Carlos Vielmann estaba en Pavón.

Intentamos hablar con el exministro. Por Whatsapp, Vielmann contestó que ya estaba retirado del tema público. Y agregó: “Pavón es un tema ya juzgado donde fui absuelto en España con una sentencia firme e inapelable”.

El segundo caso que interesó a Gisele Rivera fue el Plan Gavilán. El 22 de octubre de 2005, 19 reos se fugaron de la cárcel El Infiernito. Eran hombres peligrosos: sicarios, secuestradores y ladrones de bancos.

ALEJANDRO RODRÍGUEZ: El hecho que se hayan fugado alteró mucho al sector empresarial y por eso ellos decidieron montar el operativo para ejecutarlos.

NARRADOR: El ministerio de gobernación se lanzó a buscarlos. Montó una operación de recaptura que se llamó plan Gavilán. Fue un éxito: encontraron a los 19 fugados.

Pero siete de ellos acabaron muertos. La policía, en vez de regresarlos a la cárcel, se los entregó a los hombres de Víctor Rivera. Y entonces:

ALEJANDRO RODRÍGUEZ: Los ejecutaban, les colocaban armas, informaban que se habían abatido.

NARRADOR: Los cuerpos aparecieron en diversos puntos del país. Y otra vez, el Ministerio Público arregló la escena del crimen. El mismo modus operandi que en Pavón.

El tercer caso fue el del asesinato de los diputados salvadoreños del Parlacen. Ya hablamos de este en el primer episodio. El crimen provocó una crisis política. El ministro y el jefe de la policía, renunciaron. Luego, salieron del país. Vielmann se fue a España y Sperissen se fue a Suiza.

Tres casos entre las manos de Gisele Rivera. Tres casos en que los mismos nombres volvían una y otra vez:  

GISELE RIVERA: Ya para octubre de 2008 yo ya tenía identificada a esa estructura en la que está Carlos Vielmann, Javier Figueroa, Erwin Sperissen.

NARRADOR: Y por supuesto, Víctor Rivera.

La fiscal se reunió con varios miembros de la banda. Unos estaban presos y otros no.  Varios aceptaron hablarle

Pero el hit fue cuando Javier Figueroa aceptó hablar con ella. Él era la mano derecha del jefe de la policía, Erwin Sperisen. Ambos, eran amigos de infancia. Tras la muerte de los diputados, Figueroa huyó a Austria, aprovechando su doble nacionalidad.

Gisele Rivera fue a buscarlo hasta allá. En el país de los niños cantores de Viena, Figueroa también quería cantar. Él sería su testigo clave. Él sí que lo sabía todo. Había participado en todo. En este viaje, Gisele iba acompañada de Maurizio Salustro, jefe de investigaciones de la CICIG.

PERIODISTA: O sea que Javier Figueroa estaba dispuesto a colaborar con las autoridades

MAURIZIO SALUSTRO: Sí. Por lo que nos dijo sí.

PERIODISTA: ¿Recuerdas la conversación?

MAURIZIO SALUSTRO: Nos contó las mismas cosas que ya habíamos escuchado de otros testigos. No recuerdo si eran exactamente los mismos casos de asesinados de presos, pero el esquema de la estructura era la misma. Cómo actuaba Rivera y su grupo. Torturando, matando, sí… eso

PERIODISTA: ¿Con conocimiento del ministro de ese entonces?

MAURIZIO SALUSTRO: Eso no recuerdo si lo dijo abiertamente. Pero se suponía que sí. Un grupo como ese no podía actuar autónomamente, digamos.

NARRADOR: Con todo eso, Gisele Rivera tuvo clara la estructura. Estaba compuesta por tres grupos.

GISELE RIVERA: ¿Quiénes eran los diversos grupos dentro de la PNC? Víctor Rivera con los riveritas. El médico Figueroa con los hermanos Benítez. Y los de la PNC, con el grupo de crimen organizado de los policías que matan en el Boquerón.

NARRADOR: Pero Gisele Rivera quería ir más lejos. Quería subir más alto. Más allá de los jefes policiales. Más allá del ministro. Más allá del propio gobierno. Gisele Rivera pretendía llegar a esa mano que mueve la cuna.

GISELE RIVERA: que todos están vinculados con Víctor Rivera, los Gutiérrez y todo el grupo que denominamos el G8. G8 por las familias más importantes de Guatemala.

NARRADOR: Pronto, la investigación de Gisele Rivera se topó contra un muro. El Ministerio Público, en vez de ayudarla, le escondía información. Entendió que el fiscal general la estaba bloqueando. Gisele Rivera se quejó con Castresana, y Castresana logró que el jefe del Ministerio Público fuera despedido.  

Pero esa estructura seguía viva. Y era peligrosa.  En el 2008, un auxiliar fiscal con el que trabajaba fue asesinado. Un tiempo después, dos de sus testigos fueron acribillados. También hubo ajustes de cuentas dentro de la propia estructura. La tensión era máxima. La CICIG recibió varios avisos de atentados contra su personal. Siempre, en relación con este caso.

Y en este ambiente de miedo y paranoia, Gisele Rivera empezó a dudar del propio Carlos Castresana. Primero, fueron cosas puntuales. Por ejemplo, el comisionado le redujo su equipo de trabajo. Pero lo que disparó las alarmas de la fiscal costarricense, fue la cercanía entre su jefe y las élites empresariales que ella pretendía investigar.

GISELE RIVERA: Castresana empieza a hacerse íntimo amigo de Dionisio Gutiérrez. Él perdió la perspectiva que iba a investigar estructuras y gente de poder.

NARRADOR: Castresana hizo amistad con Dionisio Gutiérrez. Solía cenar en casa del magnate. Y cuando el comisionado acudía a su programa de televisión, era recibido de esta manera:

LOCUTOR DE LIBRE ENCUENTRO: El doctor Carlos Castresana, comisionado de CICIG, jurista de amplia trayectoria y reconocido prestigio internacional está consciente de los retos y obstáculos a vencer, y comprometido con la causa de la justicia en Guatemala. Hoy, Dionisio Gutiérrez recibe al doctor Carlos Castresana para analizar los desafíos en materia de justicia.

NARRADOR: Para Gisele Rivera, esta cercanía solo significaba una cosa: Castresana estaba protegiendo a sus nuevos amigos.

GISELE RIVERA: Le da un vuelco al chip que tenía en esa cabeza de fiscal y se convierte en alguien de esa estructura para protegerla.

NARRADOR: Tuviera razón o no, la relación entre ambos se amargó. Gisele Rivera consideraba que tenía suficientes pruebas para llevar a juicio al exministro de gobernación. Castresana, en cambio, quería temporizar. Dijo que quería esperar un mejor momento político. La tensión subió.

GISELE RIVERA:  Yo le dije a Castresana, ¿Castresana, a usted lo compraron? Porque no entiendo su actitud, que de un momento era apoyo y luego me empezó a quitar a gente del equipo y a cada vez dejarme con menos gente.

NARRADOR: La situación se volvió insostenible. En diciembre de 2009, Gisele Rivera renunció y regresó a Costa Rica.

¿Qué pensar de las acusaciones de Gisele Rivera contra Castresana? Muchos defensores de los derechos humanos creen en su versión. Entre ellos, Alejandro Rodríguez Barillas.

ALEJANDRO RODRÍGUEZ: Sí, hay información sobre esa línea que nos indica que sí, Dionisio Gutiérrez tuvo cierta influencia directa sobre Castresana. Y allí se aplicaba aquel dicho que para mis amigos lo que quieran y mis enemigos la ley entonces de alguna manera Dionisio Gutiérrez quería instrumentalizar a Castresana.

NARRADOR: Pero antes de llegar a una conclusión, vale la pena escuchar de nuevo a Maurizio Salustro. Salustro fue el primer jefe de investigaciones de la CICIG. Su llegada a Guatemala despertó una ola de esperanza. Salustro no era un investigador cualquiera. Este juez y fiscal italiano fue protagonista de la lucha contra la mafia en los años 90. En Kosovo, investigó crímenes de la guerra de independencia. Con un experto de este calibre, nuestras mafias locales estaban fritas.

Pero no resultó así. Menos de un año después de su llegada, renunció. Castresana y él no se entendieron. Nunca pudieron trabajar juntos.

Maurizio Salustro es un hombre pausado, prudente, muy cuidadoso al hablar. No quiere contar mucho, pero…

PERIODISTA ¿Tuviste la sensación de que Castresana estaba bloqueando, entorpeciendo las investigaciones sobre este caso del que hablábamos?

MAURIZIO SALUSTRO: Eso, otra vez. Es muy difícil de explicar. Si yo digo. El tal señor bloqueó la investigación. Es una afirmación muy seria. Eso no se puede decir. O sea, una investigación puede resultar bloqueada también si dos personas que trabajan en un caso ven la estrategia de trabajo en dos maneras diferentes. El resultado final es el bloqueo del trabajo. Pero ¿puedes decir que uno o ambos querían ese resultado?

PERIODISTA Te lo digo porque es lo que afirma Gisele con mucha convicción y fuerza.

MAURIZIO SALUSTRO: No digo que no fuera como ella dice. Tendrá sus buenas razones. Yo no me quedé allí bastante tiempo para poder decir esto.

 Por ejemplo. Yo digo, tendríamos que hacer A. Y tú dices tenemos que hacer B. ¿Por qué me dijiste que había que hacer B? ¿Porque verdaderamente pensabas que la mejor solución era B, o por que tu idea final, tu blanco final era bloquear el caso? Eso no lo sé. Tendría que ser Dios para saberlo.

NARRADOR: Maurizio Salustro no toma partido. Pero sí nos deja este consejo: cuidado con la interpretación de los hechos. Puede que Gisele Rivera y Castresana tuvieran dos estrategias distintas, y que la situación se haya bloqueado.

Por ejemplo, Gisele Rivera se quejó porque Castresana le quitó personal y recursos. Pero es cierto también que, en el 2009, explotó el caso Rosenberg. La democracia estaba en peligro. La CICIG tuvo que desviar muchas de sus fuerzas para resolver ese extraño caso.  

¿Qué pensar entonces de la cercanía de Castresana con la cúpula empresarial? Para Gisele Rivera, esa era la prueba de que al fiscal español lo habían volteado. No todos piensan así.

CHRISTIAN ULATE: Cuando busca esa cercanía obviamente era estratégica porque era un grupo de mucho poder que iba a permitir que la CICIG siguiera.

NARRADOR: Christian Ulate, otro de los fiscales ticos de la CICIG. Él retomó el caso Pavón después de la renuncia de Gisele Rivera. Según Ulate, la CICIG necesitaba el apoyo de las élites empresariales para seguir existiendo. El mandato de la comisión debía ser renovado cada dos años, y sin su visto bueno era más difícil lograrlo. Por eso el comisionado decidió cortejar a este grupo de poder.

Puede entonces que Castresana sí quisiera llevar a juicio a Carlos Vielmann. Pero también sabía esperar esos momentos políticos favorables.

Hay una teoría más. Llamémosla, teoría del elefante.

CHRISTIAN ULATE:  es como cuando tienes un elefante en frente, hay que dispararle en la frente, porque si le disparas y lo dejas herido ese elefante te va a levantar y te va a arroyar. Y esas eran las palabras de Castresana.

NARRADOR: Para Christian Ulate, a Castresana no le faltaba voluntad. Lo que quería era tener el caso más sólido posible. Necesitaba pruebas contundentes. Y mientras estuvo Gisele Rivera, esas pruebas:

CHRISTIAN ULATE:  No se tenían.

NARRADOR: Al caso Pavón le faltaba una pieza fundamental. Las fotografías que mostraba el comisionado Dall’Anese en la entrevista con CNN.

CHRISTIAN ULATE: realmente el caso estaba formado, pero únicamente se tenía declaraciones de personas. Y a mí como fiscal, a mi criterio, pues yo tenía que encontrar otra forma que respaldara eso.

NARRADOR: Para Christian Ulate, sin esta prueba, el caso se hubiera caído. El elefante hubiera arrollado a la CICIG.

CHRISTIAN ULATE: Todo lo que te había contado un testigo y la historia se ve en las fotografías. Cuando tú logras confirmar y ese testigo dice, mire, es que a mí me tuvieron así y asá, me desnudaron, y después ves una fotografía y tú dices, aquí está el testigo y efectivamente está desnudo. Y efectivamente cuenta que era una gente que parecía del SWAT, todo eso lo logras confirmar. Y eso no se logra confirmar, sino hasta marzo, si no me falla la memoria, del 2010.

NARRADOR: Una cosa sí es segura. Gisele Rivera estaba dolida y quería su revancha.

GISELE RIVERA: Yo me vine tan decepcionada y mal de eso.

NARRADOR: Por eso, no dejó las cosas allí. Escribió una carta a Naciones Unidas para denunciar lo que consideraba una traición de Castresana.

Y también, hizo algo mucho más grave. Algo que le valió una orden de captura internacional girada por la propia CICIG. Alfo que probablemente cambió el desenlace de la trama.

Como vimos, Gisele Rivera logró que varios miembros de la estructura de exterminio hablaran con ella. Ellos le contaron cómo operaban y quién daba las órdenes. La fiscal quería convertirlos en colaboradores de la justicia. Pues, justo antes de salir de la CICIG:

GISELE RIVERA: Yo fui y hablé con Marvin Contreras que estaba en la cárcel, hablé con Manolito que estaba en la cárcel y su abogado y hablé con los hermanos de Figueroa. Yo les dije, yo me largo de la CICIG, allí están las grabaciones, Castresana es un payaso, yo lo admito, es un engreído. Castresana no quiere que esto se descubra.

NARRADOR: A todos estos potenciales testigos, les dijo que dejaran de colaborar con la CICIG. Y en efecto, ninguno de ellos aceptó denunciar a sus jefes. Por si fuera poco, también escondió los nombres de otros informantes. La comisión nunca pudo acceder a ellos.

GISELE RIVERA: Dígame, ¿qué hubiera hecho en mi caso? ¿Que los dejara y los mataran? Usted sabe que cuando me vine mataron a dos testigos. Yo me sentía responsable por la vida de esas personas.

NARRADOR: Era tal la desconfianza de Gisele Rivera hacia la comisión que pensó que la vida de sus testigos corría peligro. Lo que sucedió en los años siguientes demostró que sus miedos no estaban fundados. En efecto, la comisión hizo todo lo posible para proteger a las personas que dieron su testimonio en los juicios contra Vielmann, Sperissen y los demás. Varios de ellos viven hoy en el extranjero. Pero la decisión de la fiscal, sin duda debilitó el caso.

Javier Figueroa nunca contó lo que sabía. Investigadores de la CICIG fueron de nuevo a Austria para verlo. Perdieron el viaje. El niño cantor de Viena ya no quiso cantar. Su testimonio hubiera arrojado mucha luz sobre los tiempos de Carlos Vielmann, sobre Víctor Rivera, sobre los escuadrones de la muerte de la policía.

Volvamos principios del 2010. Castresana no lo sabía, pero estaba viviendo sus últimos días al frente de la comisión. El desenlace del caso Rosenberg dañó su buena relación con las élites empresariales. Sus enemigos lanzaron una campaña mediática en su contra. En los medios, se habló de la relación extramatrimonial entre el español y una trabajadora jamaiquina de la comisión.

ALEJANDRO RODRÍGUEZ: Pero aquí hay un tema muy sumamente importante. Lo que vemos es la presencia de la inteligencia militar, la recopilación de información personal. Los problemas de carácter conyugal de Castresana con su esposa, todo eso es porque inteligencia militar está trabajando esa información y utilizándola en el momento que la necesita. El gran enemigo que ha tenido la CICIG ha sido esta coalición de empresarios y militares que no quieren que se investiguen ciertos casos.

NARRADOR: También es cierto el comisionado cometió errores. Fue acumulando enemigos. Además, se aisló de la sociedad civil, aliada tradicional de la CICIG. Las quejas contra el comisionado se acumularon en la sede de Naciones Unidas. Desgastado, solo, asediado por enemigos poderosos, Castresana tiró lo toalla. Consideró que la CICIG estaría mejor sin él.

CARLOS CASTRESANA: yo tuve claro que yo no podía ni comprometer a las Naciones Unidas ni comprometer el futuro de la CICIG que estaba haciendo un papel, a mi modo de ver, vital en aquel momento para Guatemala, entonces yo dije, «bueno, pues si el que se tiene que ir soy yo, no pasa nada, yo me voy y tiempo habrá en el futuro de ajustar cuentas con la historia y de explicar quién hizo qué.

NARRADOR: El 7 de junio del 2010, Castresana renunció.

No se fue de inmediato de Guatemala. Naciones Unidas tardó tres meses en encontrarle un sucesor. Y en esos tres meses, pasaron muchas cosas.

CLIP NOTICIARIO: El militar Cruz Magdaleno Reyes García e Israel Betancourt Vela, capturados este jueves y vinculados al crimen del exasesor del ministerio de gobernación Víctor Rivera quedaron en prisión preventiva y ligados a proceso penal, según resolución del juzgado octavo de primera instancia penal.

NARRADOR: Los asesinos de Víctor Rivera fueron capturados. Según la comisión, quien ordenó el crimen fue un narcotraficante, Jorge ‘el Gordo’ Paredes. Cuando Castresana reveló la trama, este operador del cartel del Golfo ya estaba preso en Estados Unidos. Según la CICIG, esto fue lo que pasó. En 1999, el hijo de Paredes había sido secuestrado. El narcotraficante pidió ayuda a Víctor Rivera para salvarlo y le entregó 300 mil dólares para el rescate. El venezolano se quedó con el dinero, y el hijo del gordo Paredes fue hallado muerto. Nueve años más tarde, Paredes obtuvo su venganza.

Gisele Rivera rechaza en bloque esta versión. Afirma que fueron los propios colaboradores de Víctor Rivera, los llamados riveritas, los que lo mataron. Esto, con la ayuda de la asistente de Rivera, María del Rosario Melgar.

PERIODISTA: ¿Y en el caso de Víctor Rivera, de su asesinato? ¿La hipótesis que fue el gordo Paredes?

GISELE RIVERA: No, eso es una mentira. Fue la misma Rosario. Rosario no fue ni herida. Fueron los mismos los riveritas. Fueron ellos mismos los que lo mataron. Porque Víctor Rivera los amenazó con que iba a abrir la bocota. Yo no entiendo cómo un hombre… es como decimos en Costa Rica, al mejor mono se le cae el zapote. ¿Sabe qué les dijo? Si me quitan de aquí, abro mi boca. Y había mucha gente que podía ser denunciada.

NARRADOR: Otro hecho mayúsculo marcó el final del periodo de Castresana. Por fin reventó el caso Pavón. El comisionado pidió la captura de Carlos Vielmann, de Alejandro Giammattei, de Erwin Sperisen, de Javier Figueroa y 14 personas más.  Inmediatamente después, el fiscal español se fue de Guatemala. Quien ejecutó esas capturas, fue el siguiente comisionado de la CICIG, el costarricense Francisco Dall’Anese.

¿Cómo interpretar esta última decisión de Castresana? ¿Pensó que por fin el caso estaba listo para ser presentado ante un juez? ¿Pensó que su salida abría ese momento político favorable? O, como lo sostienen muchos analistas, quería lavar su imagen después de las acusaciones de Gisele Rivera. Castresana, ya lo dijimos, no quiso hablar con No Ficción.

Sea como sea, Francisco Dall’Anese, heredó el caso Pavón y todas sus consecuencias. Y también heredó otro caso explosivo; otro caso que puso a prueba el experimento CICIG:

CLIP NOTICIARIO: Buenas noches. Efectivamente, el exmandatario Alfonso Portillo guarda hoy prisión preventiva esta noche. El exmandatario fue capturado en horas de la mañana en Punta de Palma… 

NARRADOR: Pero esto será en el próximo episodio de El Experimento. 

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